La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la adiposidad (exceso de grasa y su disfunción), que puede provocar numerosos problemas de salud.1


La disfunción de los adipocitos (células grasas) es uno de los principales impulsores de muchas complicaciones metabólicas relacionadas con la obesidad.2

El tejido adiposo ha sido malinterpretado durante mucho tiempo como un órgano de almacenamiento de energía. Sin embargo, con el aprendizaje de la evidencia científica, actualmente el tejido adiposo se sabe que es un órgano esencial en la regulación de la homeostasis energética.2

Los adipocitos no funcionan correctamente en personas que viven con obesidad. Estos no son capaces de almacenar correctamente el exceso de energía, lo que provoca un depósito de grasa en ubicaciones donde no debería estar (grasa ectópica y grasa visceral), lo que a su vez provoca inflamación en el cuerpo y complicaciones metabólicas.2,3

Il-6 = interleucina 6; MCP-1 = proteína quimioatrayente de monocitos-1; TNF-α= factor de necrosis tumoral alfa.

La obesidad afecta a prácticamente todos los órganos del cuerpo y es responsable de más de 200 complicaciones5,6

Las complicaciones proceden de los múltiples efectos negativos de la adiposidad en los órganos6,7

MASLD: esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica; MASH: esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica; CV: cardiovascular; IAM: infarto agudo de miocardio; CAD: enfermedad arterial coronaria; ERGE: enfermedad por reflujo gastroesofágico; ERC: enfermedad renal crónica.

La reducción de peso en personas con obesidad tiene el poder de mejorar la salud8

El tratamiento de la obesidad puede prevenir la aparición o la progresión de las complicaciones asociadas8-10

Dar prioridad al tratamiento de la obesidad puede tener un impacto positivo en la salud y el bienestar generales de los pacientes.1,5,7

La obesidad está relacionada con muchas otras enfermedades graves5,8-10

La obesidad puede afectar a casi todos los órganos del cuerpo y se asocia a más de 200 complicaciones, muchas de las cuales se pueden mejorar con la pérdida de peso.5,6

Icono DM2
Diabetes mellitus tipo 2 (DM2)
  • La inflamación y la acumulación de tejido adiposo disfuncional en órganos como el hígado, el músculo esquelético y el corazón, genera resistencia a la insulina que contribuye al desarrollo de Diabetes Tipo 2.2

  • Una pérdida de peso de más del 5% puede retrasar la aparición de DM2; mientras que una pérdida de peso de más del 10% mantenida puede contribuir a su remisión.5,9
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Icono Esteatosis hepática-esteatohepatitis
Enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica/esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASLD/MASH)
  • La obesidad se presenta en el 51% de las personas con MASLD (anteriormente conocida como NAFLD).25
  • La MASH (anteriormente conocida como NASH) se produce en entre el 15 y el 20% de las personas con obesidad.14
  • Una pérdida de peso de más del 10% se ha asociado a una mejora progresiva de la MASH.14
  • Más del 90% de los pacientes con obesidad grave sometidos a cirugía bariátrica tienen MASLD.25
Icono Apnea obstructiva del sueño
Apnea obstructiva del sueño (AOS)
  • Más del 70% de las personas con AOS tienen sobrepeso u obesidad.13,14
  • La obesidad puede empeorar la AOS debido al depósito de tejido graso en lugares específicos, incluidas las vías respiratorias superiores y el tórax.13
  • Una pérdida de peso de más del 10% se asocia a una mejora significativa de la AOS.12,13
Icono Enfermedad Cardiovascular
Enfermedad cardiovascular (CVD)
  • La obesidad y el aumento del tejido adiposo, especialmente en lugares ectópicos, influyen en la patogenia de la aterosclerosis.7,11
  • En estudios clínicos, una pérdida de peso de más del 10% se ha asociado a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular.12
Icono Ovario poliquístico
Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
  • Entre el 30 y el 75% de las mujeres con SOP tiene obesidad.
  • La adiposidad central es un factor de riesgo independiente asociado al SOP, y las mujeres con SOP tienen más probabilidades de tener síndrome metabólico.14
  • Se ha demostrado que una pérdida de peso de entre el 5 y el 10% mejora el SOP.5

Trata la obesidad para reducir el riesgo de complicaciones.

Adaptación metabólica: Cómo el cuerpo se resiste a la reducción de peso

El cerebro desempeña un papel clave en la regulación del equilibrio energético a través de sus efectos en la ingesta calórica y el gasto energético15

La homeostasis energética está regulada centralmente por el cerebro.1,16

AMY = amilina; CCK = colecistoquinina; GHR = grelina; GIP = polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa; GLP-1 = péptido similar al glucagón-1; INS = insulina; LEP = leptina; OXM =oxintomodulina; PYY = péptido YY.

La pérdida de peso produce cambios adaptativos en las hormonas del hambre y la saciedad que favorecen la recuperación del peso, dificultando su mantenimiento19

Adaptaciones biológicas a la pérdida de peso18,20,21

  • Aumento de la grelina (hormona del hambre)
  • Disminución de las hormonas de la saciedad como el GLP-1
  • Reducción del gasto energético

El fin del estigma de la obesidad

Existe una creencia generalizada de que la dieta y el ejercicio pueden revertir completamente la obesidad durante largos períodos de tiempo. Esta creencia contradice la evidencia científica indiscutible que demuestra que los esfuerzos voluntarios para reducir el peso corporal activan respuestas biológicas (p. ej., aumento del apetito y disminución del gasto metabólico basal) que normalmente promueven la recuperación de peso a largo plazo.22

Después de la pérdida de peso, se recupera hasta un 79% del peso con el tiempo23,24

Un metanálisis de 29 estudios que utilizaron la modificación del estilo de vida como parte de un programa estructurado de pérdida de peso indicó que, transcurridos 4 o 5 años de la reducción inicial de peso, el sujeto medio recuperó el 77% del peso perdido, manteniendo una reducción media de peso de apenas un 3% por debajo del peso inicial.23

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Referencias

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